Por ABDULLAH AL ANDALUSI escrito el 5 de diciembre de 2018
Traducido de https://abdullahalandalusi.com/2018/12/05/muslim-feminism-a-legacy-and-currency-of-colonialism
Algunas musulmanas, que insisten en llamarse a sí mismas «feministas«, a menudo se quejan de que cuando los musulmanes critican los valores y los conceptos en los que se basa el feminismo, estas críticas son sólo contra el «feminismo occidental«, y alegan que es un feminismo diferente de «su» feminismo.
Esto es debido a que si bien inicialmente (estas musulmanas) se sintieron atraídas por la palabra «Feminismo» (de Occidente) y la tomaron prestada, luego eligieron redefinir su camino, llamándolo «Feminismo Musulmán (o islámico)». Para luego afirmar desesperadamente que, a pesar de haber tomado la palabra «feminismo» de Occidente, eso no significa que compartan los mismos valores que el «feminismo occidental«. Estas «feministas musulmanas» se quejan entonces de que quienes critican el feminismo no deberían generalizar. (#NotAllFeminists)
Las «feministas musulmanas» afirman que, a pesar de los orígenes occidentales del feminismo, de su significado original en Occidente, de la comprensión actual aceptada y generalizada del mismo en Occidente y en todo el mundo, de la gran preponderancia de los académicos, activistas y filósofos occidentales que publican regularmente libros sobre el tema, de alguna manera el «feminismo musulmán«, como su pequeño grupo de seguidores ha decidido definirlo, no contradice el Islam y, por lo tanto, no debe ser evitado por los musulmanes.
Los musulmanes que escuchan esto se preguntan entonces ¿qué sentido tiene tomar un término occidental, con una corriente mundial de seguidores, intelectuales y activistas, y una comprensión preexistente, y superponerlo al islam, cuando éste es aceptado por todos los musulmanes como autosuficiente? De hecho, actuar de esta manera ¿no va a generar sólo confusión?
Desgraciadamente, cuando los musulmanes señalan todas estas cuestiones, las «feministas musulmanas» reaccionan con rabia y utilizan tácticas defensivas como responder
¡¿Por qué estás en contra de los derechos de las mujeres musulmanas?!
Este argumento, que puede oírse con bastante frecuencia como mecanismo defensivo para evitar una crítica razonada, es en realidad una acusación tan falaz como que te digan
¡¿por qué estás en contra de los derechos de los pobres y de la clase obrera?!
sólo porque criticas el comunismo…
La verdad es que el uso de etiquetas cargadas de ideología que se originan en ideologías no islámicas, podría dar entrada a ideas no islámicas, ya que los musulmanes que se llaman a sí mismos «feministas» chocan con la comprensión de la corriente principal (occidental), y la vasta literatura de obras que también se etiquetan como feminismo y literatura feminista.
En la otra cara de la moneda, otro problema con el que se encuentran las llamadas «feministas musulmanas» es que, en Occidente, los occidentales no llaman al feminismo «feminismo occidental«, sino simplemente «feminismo«. ¿Y por qué no? Ellos lo inventaron. Ellos lo definieron. Y TODAS las escuelas de pensamiento dentro del Feminismo están de acuerdo con la definición mínima de la fórmula liberal secular (y también comunista) de que el Feminismo significa «igualdad de derechos para las mujeres» -con lo que quieren decir idoneidad de género ante la ley. Sin embargo, aunque el Islam cree que las almas de los hombres y las mujeres tienen el mismo valor a los ojos de Dios, la ley islámica no plantea idénticos roles u obligaciones de género.
La diferencia entre el islam y el feminismo dominante se pone de manifiesto cuando estas supuestas «feministas musulmanas» aparecen en la televisión o celebran charlas y conferencias a las que acuden las feministas «occidentales» hegemónicas y las cuestionan sobre las contradicciones del islam con el feminismo hegemónico (original). Los puntos que plantean las feministas incluyen la idea de cabeza de familia, la herencia, la falta de derechos idénticos y los roles de género de mujeres y hombres en las familias, así como las diferencias de género en las responsabilidades políticas/militares, lo que lleva a que las «feministas musulmanas» sean puestas en aprietos y se ofusquen desesperadamente en el mejor de los casos, o aplaquen servilmente a las feministas «occidentales» con «reinterpretaciones» del Islam en el peor de los casos.
Para evitar el escrutinio de la sociedad occidental sobre los detalles del «feminismo musulmán«, algunas «feministas musulmanas» utilizan tácticas de distracción, como quejarse de que su «definición» de «feminismo» está siendo impuesta por el «feminismo occidental» defendido por «blancos» y «colonialistas«.
Lamentablemente, la ironía es que, en realidad, son las «feministas musulmanas» las que ya han sido colonizadas en su pensamiento, como demuestra el hecho de que hayan buscado desesperadamente tomar prestados términos y etiquetas ideológicas occidentales como «feminismo» para parecer respetables y ganar terreno para sí mismas en primer lugar.
Estos musulmanes se aferran con todas sus fuerzas al término «feminismo«, porque desean utilizar el lenguaje occidental en sus causas para ganar adeptos, ¡independientemente de que estos términos tengan o no connotaciones y cargas ideológicas no islámicas preexistentes y bien conocidas!
Pero, como todo el mundo sabe, si se utiliza la moneda de un país, se le cede el derecho a determinar su valor, y al final se acaba pagando por ello.
Como se narra (según se dice) de Jesús (la Paz sea con él) en el Nuevo Testamento, cuando en el Templo Sagrado, Él (la Paz sea con él) fue (según se dice) preguntado por sus oponentes sobre si los judíos devotos debían pagar impuestos al emperador pagano de Roma, cuyo Imperio estaba ocupando las tierras de los judíos:
«¿Debemos pagar o no debemos pagar?» Pero Jesús conocía su hipocresía. «¿Por qué intentáis atraparme?», preguntó. «Traedme un denario y dejad que lo mire». Trajeron la moneda, y él les preguntó: «¿De quién es esta imagen? ¿Y de quién es la inscripción?» «Del César», le contestaron. Entonces Jesús les dijo: «Devolved al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Y se quedaron asombrados» [Marcos 12:15-17].
Una respuesta asombrosa en verdad, porque el pueblo había aceptado de buen grado la moneda y la divisa de su dominador (incluso en su santo Templo), pero hipócritamente se empeñaba en pagarle impuestos para quedar bien.
La falsedad pertenece a los humanos, y todo lo que se les quita debe ser devuelto, pero a Dios le pertenece todo lo que hay en los cielos y en la tierra, incluidos los asuntos humanos, la ley, los derechos y los deberes.
Por lo tanto, en respuesta, debemos levantar el proverbial denario romano y preguntar a las «feministas musulmanas«:
Pregúntales:
¿Quién acuñó el término Feminismo, le imprimió su imagen y lo originó, que ustedes utilizan como moneda?
Admitirán tímidamente:
Occidente.
Di:
Devolved a Occidente lo que pertenece a Occidente, y dad a Dios lo que pertenece a Dios
¿Acaso buscan entonces el juicio de [los que están en] la Ignorancia? ¿Y quién es mejor en el juicio que Dios para un pueblo que tiene una Fe firme’
[Corán, al-Maa’idah 5:49-50]