Romper el ídolo de la burla

Por Tamim Faruk

Traducido del enlace https://www.safinasociety.org/post/breaking-the-idol-of-mockery publicado en el sitio web de la organización https://www.safinasociety.org/about-us

Conocemos bien esta historia. Cada par de años, los sentimientos antiislámicos estallan en forma de representaciones nauseabundas y satíricas del Profeta ﷺ. Quienes se dedican a esta vil práctica van desde quienes dirigen determinadas instituciones mediáticas, ex-musulmanes que buscan causar revuelo, e incluso profesores lahabbitas 1 que se sientan en las escuelas públicas occidentales, con el objetivo de inculcar a los alumnos la degradación de la religión. En consecuencia, la comunidad musulmana, por su profunda protección, devoción y veneración hacia el Profeta ﷺ, se levanta para defender su honor a través de varios medios, incluyendo métodos como la protesta organizada, y los comentarios en los medios de comunicación para obtener apoyo.

En medio de estos acontecimientos, los principales medios de comunicación no dudan en describir a la comunidad musulmana como retrógrada, irracional y malhumorada. Por supuesto, muchos occidentales no musulmanes, a menudo nacionalistas firmes hacia su país, o ateos devotos, comienzan a exhibir con orgullo su lealtad a la ideología secular-liberal. Nos recuerdan audazmente que los musulmanes no somos lo suficientemente “occidentales”, que no somos lo suficientemente progresistas o modernos, que no pertenecemos aquí, y que si vivimos aquí, debemos seguir los valores “occidentales”, ya sean franceses, británicos, estadounidenses, etc.

En respuesta a esto, muchos musulmanes pueden sentir la necesidad de posicionarse, y algunos pueden acabar disculpándose por sus convicciones. Los musulmanes susceptibles a las afirmaciones laico-liberales podrían incluso despreciar el rigor que tiene nuestra comunidad para defender el honor del Profeta ﷺ.

Lamentablemente, a los liberales seculares generalmente les cuesta comprender el nivel de devoción que tenemos por Dios y su Mensajero ﷺ, porque han descartado la sacralidad de sus propias tradiciones y símbolos históricos. Por ejemplo, hay pastores cristianos, por no hablar de los cómicos, que profanan habitualmente su idea de Dios a través de chistes groseros. La blasfemia está tan extendida en esta sociedad, que la gente a menudo hace comentarios sexuales odiosos sobre las hermanas, esposas o madres de los demás, a veces incluso delante de ellas en una reunión, y todos en la reunión se ríen. “Todo es lícito si es humor”, nos dirán. El concepto de honrar a los padres ha desaparecido: los padres ancianos suelen ser colocados en residencias de ancianos para que se marchiten en su soledad.

Esto no quiere decir que los liberales laicos no santifiquen nada -como veremos, lo hacen-, para que sirva de advertencia para nosotros, como musulmanes, no somos nosotros los que estamos atrasados. Los que se dedican a la ignorancia, a la despreocupación y al egoísmo, como es el caso de nuestra sociedad, son los que están atrasados y son vergonzosos.

Uno de los argumentos pseudointelectuales más destacados de los liberales seculares para avergonzar a los musulmanes es que hay que cuestionar la validez de una religión que se niega a abrirse a la sátira, la burla o el escarnio: “si una religión es verdadera, podrá resistir eso”. Algunos miembros de la comunidad musulmana están dispuestos a aceptar esta idea, avergonzando así, aún más a nuestra comunidad al acusarla de no tener una mentalidad tan abierta como la de nuestros señores occidentales. Sin embargo, un poco de pensamiento crítico revela muchos defectos obvios en esta postura.

En primer lugar, esta afirmación confunde falsamente la burla con el exámen crítico. Sin embargo, si el islam no tolerara un nivel de exámen crítico, no habría podido imponerse como verdadero frente a todas las demás religiones. En general, tampoco habríamos visto una tolerancia histórica entre los musulmanes y los no musulmanes que habitan sus tierras. Hay pruebas convincentes de que los no musulmanes pudieron relatar y defender sus creencias en obras escritas y en entornos públicos. Por ejemplo, después de que los abbasíes trasladaran su capital a Bagdad, los cristianos participaban a menudo en munazarat, debates celebrados en la corte del califa, donde tenían la oportunidad de defender sus opiniones y entablar discusiones con los eruditos musulmanes en presencia del califa 2. Un fenómeno similar se observa en el encuentro e interacción de los musulmanes con otras tradiciones como el budismo y el hinduismo, donde los eruditos de estas tradiciones eran invitados a Bagdad para traducir sus tratados del sánscrito al árabe 3.

Tampoco habríamos visto tanta libertad para hacer preguntas y debatir cuestiones sobre la creencia dentro del Islam. Por ejemplo, a pesar de las herejías de los Muʿtazilah, y de las consiguientes atrocidades que cometieron, Ahlul Sunnah no los excomulgó del redil del Islam cuando (estos últimos) recuperaron el poder, sino que clasificó (a los Muʿtazilah) como ahl-bida’.

Ahlul Sunnah estudió sus métodos de análisis racional, refutó algunos de sus postulados sobre la creencia y continuó readaptando la tradición filosófica helenística subyacente tomada de los griegos.

En segundo lugar, y más importante, el principal defecto de la afirmación es que se trata de una afirmación de valor no fundamentada: la afirmación está sujeta a la falacia de la petición de principio. La falacia de la petición de principio se refiere a una afirmación que asume que su conclusión ya es cierta sin aportar pruebas razonables. Una afirmación de este tipo es en realidad una táctica para avergonzar y es importante que los musulmanes no se sientan intimidados por ella.

En su lugar, simplemente devolvemos la carga al demandante: ¿Quién ha dicho que permitir la burla y la sátira es indicativo del valor de la verdad de una idea? Esta es una pregunta que los liberales laicos simplemente no podrán responder porque su dependencia de la moral subjetiva nunca puede justificar por qué sus valores son verdaderos o más válidos que los de los demás.

Además, la conexión entre la burla y la verdad es absolutamente absurda. Insinuar que una idea no es verdadera porque no tolera la burla es análogo a llamar a alguien pusilánime porque se defendió cuando fue intimidado.

Por otra parte, los musulmanes reciben sus valores del Creador de toda la creación, Dios, que es el árbitro de la verdad y la justicia. A diferencia de los laicos-liberales, todos nuestros compromisos morales provienen de una fuente objetiva, no una en la que simplemente creamos, sino una a la que tenemos buenas razones para remitirnos como base de todos nuestros derechos. Y entre estos compromisos morales, se encuentra el hecho de que el Islam no tolera la burla porque considera que la verdad y la justicia están estrechamente relacionadas. No porque el Islam tenga algo que temer. Más bien, si la verdad es violada a través de la burla y la sátira, entonces la justicia es igualmente violada.

Consideramos al Profeta ﷺ como el paradigma de toda virtud y verdad, por lo que si uno se burla de él, está cometiendo un enorme mal. Este compromiso se mide por nuestro amor al Profeta ﷺ, que es tan esencial para nuestra fe, que cualquier intento de denigrarlo o insultarlo es peor para nosotros que hacerlo hacia nuestro color de piel, nuestras culturas, nuestras familias.

También hay que tener en cuenta que, como parte de nuestros compromisos morales, el Islam extiende incluso condicionalmente esta cortesía a los símbolos sagrados de otras tradiciones. Dios nos dice en el Corán

“Y no insultéis a los que invocan a otros que no sean Dios, no sea que insulten a Dios con enemistad sin conocimiento”.

Corán (6:108)

De este modo, somos coherentes con nuestras creencias y su aplicación hacia los que difieren con nosotros. No se puede decir lo mismo de los liberales laicos, que sólo se muestran tan rotundos en sus transgresiones porque no tienen en cuenta su disonancia cognitiva.

Así que después de devolverles la responsabilidad, pregúntales por qué es ilegal profanar las banderas nacionales en Alemania, China, Francia, Estados Unidos y muchos otros países. Pregúntales por qué fue tan escandaloso que Collin Kaepernick doblara la rodilla ante el himno nacional americano durante un partido de Fútbol Americano 4. Pregúntales por qué Gina Carano, ex actriz de The Mandalorian fue cancelada en gran parte por poner ‘beep/bop/boop’ en su biografía de Twitter para satirizar los pronombres de género no binarios5 . Pregúntales qué opinan de la falta de respeto a los veteranos. Pregúntales por qué es un crimen negar el Holocausto.

Hay simplemente innumerables ejemplos de doble moral en la sociedad liberal secular 6.

Esta gente no cree realmente en la libertad de expresión absoluta, en la sátira, en la burla, como parecen sugerir. Sólo son deshonestos en cuanto a sus propias líneas rojas. Su propia devoción por la idea de los “valores británicos”, los “valores franceses” o los “valores estadounidenses” es la prueba de que tienen sus propias líneas rojas. Los musulmanes también tienen líneas rojas, pero resulta que nosotros somos más honestos en cuanto a su trazado.

Al fin y al cabo, si alguien tiene preguntas o críticas sobre el islam, el islam hace todo lo posible por explicarse ante las personas razonables. Hemos desarrollado una vasta tradición intelectual con este único propósito y tenemos un gran historial de compromiso constructivo con quienes no están de acuerdo con nosotros. Las personas ajenas al mundo moderno son igualmente libres de continuar ese compromiso con nosotros. Lo que no tienen derecho a hacer es burlarse de nuestra religión, sólo porque quieran, y la carga de demostrar que deberían poder hacerlo recae sobre ellos. De lo contrario, los musulmanes no tienen nada que responder y no tienen por qué soportar este acoso.


  1. NdT. Término que hace referencia a Abu Lahab tío del Profeta ﷺ y enemigo del Islam, prototipo de la Islamofobia
  2. Husseini, S. L. (2014). El primer debate cristiano-musulmán sobre la unidad de Dios: Tres eruditos cristianos y su compromiso con el pensamiento islámico (siglo IX de nuestra era). Leiden: Brill.
  3. Yusuf, I. (s.f.). Islam and Buddhism Relations from Balkh to Bangkok and Tokyo. Washington, D.C: The Muslim World. doi: https://doi.org/10.1111/j.1478-1913.2010.01312.x
  4. NdT. Ver https://www.marca.com/otros-deportes/2016/08/30/57c5c482468aeb63038b4653.html

    Dijo después del partido: “No voy a levantarme y mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y de color. Para mí, esto es más importante que el fútbol y sería egoísta por mi parte mirar hacia otro lado”.

  5. NdT. Ver por ejemplo el análisis de UTBH, youtuber español en relación a este suceso https://www.youtube.com/watch?v=OsXBlWviWp4
  6. El hermano @AztheBaz en Twitter enumera numerosos ejemplos de hipocresía laico-liberal en un gran hilo: https://twitter.com/AzTheBaz/status/1301547182697394188