Harry Potter, el Corán y el secularismo

Ali S. Harfouch

Pensamientos: 

En un estado secular, las creencias son meras opiniones y todas las declaraciones son sólo declaraciones. Más aún, todas tienen el mismo valor (aunque esto es un mito, pero que asumiremos como verdadero por el bien del presente marco argumentativo). Todos los hombres y mujeres deben sacrificar sus creencias — o “doctrinas integrales” — por un orden superior, que es neutral. Según esta lógica, no hay diferencia — en valor — entre el Corán y Harry Potter, ya que ambos son logros literarios. Si el Corán tiene algún valor, no es porque se ajuste a una verdad o pueda ser validado, sino por los sentimientos de sus adherentes. 

Esta forma particular de gobernar las diferentes “creencias” parece tener sentido común, pero sólo cuando uno, voluntaria o involuntariamente, acepta la lógica secular que hay detrás. La lógica afirma lo siguiente: están esos elementos centrales [primarios] que nos hacen humanos -que constituyen el “nosotros” en una sociedad — y luego están esas cualidades periféricas y secundarias, las diferencias, como la raza, la etnia, la religión, el idioma, etc. Esta lógica, en sí misma, es bastante significativa porque determina la esencia misma sobre la que uno basa su identidad. 

El problema aquí es triple:  

1) ¿Quién determina esos elementos centrales, esas características existenciales que definen cómo nos identificamos? Y  

2) ¿hasta qué punto todas las diferencias tienen el mismo peso y valor?  

Por ejemplo, el hecho de que yo hable urdu o árabe es muy diferente de que crea o no en la existencia de un Dios omnipotente. Aunque sólo sea porque, esto último tiene implicaciones significativas de cómo me defino a mí mismo y al mundo que me rodea. En cualquier caso, el Islam se reduce a una raza o cultura. Esto nos lleva al tercer punto;  

¿podemos desplazar racionalmente las visiones del mundo desde el núcleo al reino de las diferencias periféricas?  

Si el Islam es una raza o una etnia, la idea de rendirse a un orden superior podría tener sentido. Pero si el Islam es una visión del mundo, la lógica de la diferencia de “orden superior neutral” se vuelve problemática. 

Esta cuestión (la pertinencia de las creencias como cosmovisión en contraposición a las meras diferencias que no tienen consecuencias en nuestras vidas) puede escapar a la lógica secular dado que presupone que las creencias pueden divorciarse de las acciones y que las creencias deben ser relegadas al ámbito privado. Y sin embargo, todavía nos queda el problema: la naturaleza fundamental de nuestras visiones del mundo. Las visiones del mundo que llevamos, no sólo dan forma a la manera en que entendemos el “yo”, sino que también informan de cómo llegamos a entender y relegar la diferencia en sí misma.

Para ilustrar: la diferencia entre una simple ensalada César y una ensalada César con pollo puede parecer mundana. Además de por el sabor, no importa. No es así. Importa para un vegetariano. Para el inglés medio, una hamburguesa Big Mac versus una hamburguesa de pescado es de poca diferencia, ¡tíos que el inglés es musulmán y come sólo halal!

De la misma manera que estas diferencias importan incluso a un nivel tan mundano, se vuelven más significativas cuando se trata de cuestiones sociales sobre justicia, género, etc. La diferencia entre un musulmán propietario y un proletario no musulmán, por ejemplo, no se sopesaría igual para un musulmán y un socialista.

En otras palabras, las diferencias que importan dependen de la visión del mundo de cada uno. Es decir, no hay un conjunto predefinido de “diferencias” que puedan yuxtaponerse a un conjunto predefinido de cualidades “centrales”. Por lo tanto, la lógica secular que rige y justifica la idea de que debemos rendirnos a algún tipo de orden superior mediador no sólo es defectuosa, sino que es contraproducente porque esa lógica comete los mismos actos arbitrarios que trata de superar. 

Este es el problema al que se enfrentan los musulmanes, si deciden aceptar un “discurso público” de neutralidad; ¿qué hace que nuestro Corán sea más importante que Harry Potter? 

Si fuera porque el Corán es la palabra de Dios, entonces ¿por qué sacrificaríamos nuestras creencias por un orden superior aparentemente “neutral”? ¿Y cómo podría ese orden ser “neutral” si el Corán es de hecho la palabra de Dios? Lejos de ser “neutral”, ese orden superior sería inválido dado que no se ajusta a lo que consideramos verdadero; el Corán es la palabra de Dios y por lo tanto es veraz

Ahora, el “musulmán progresista” podría argumentar que una subordinación de nuestras creencias a un orden superior es de hecho apreciada en el Corán: “coexistencia”. Los musulmanes deben tolerar a los no musulmanes y la única manera de hacerlo es vivir bajo un orden superior “neutral”.

Pero esto plantea la pregunta; ¿por qué entonces ese orden superior no está subordinado al Corán, si el Corán, siendo la palabra de Dios es inherentemente justa? ¿Por qué debe estar bajo un orden superior, fuera de sí mismo, y qué dice esto acerca de la pretensión de trascendencia del Corán? La conclusión [“progresista“] no puede ser, sino que el Corán es deficiente. 

Otro argumento más pragmático se podría dar a mi punto anterior. ¿Cuál podría ser la alternativa a un orden superior neutral? Esta pregunta es errónea porque supone que existe un orden neutral, libre de valores e imparcial al que los partidarios de “doctrinas integrales” en competencia pueden replicar. 

El hecho es que el llamado orden superior neutral en las sociedades liberales se basa en sí mismo en un conjunto de creencias y “doctrinas integrales”. Al asumir su propia neutralidad, está haciendo una afirmación similar a la del Corán; su propia trascendencia, una cualidad sublime que está por encima de todas las demás narrativas. Y así, cuando se nos dice que sacrifiquemos nuestras creencias por un orden superior neutral, en realidad se nos dice que sacrifiquemos nuestras creencias por un conjunto de otras creencias [seculares] sin otra razón que la de que estas últimas (creencias seculares) afirman ser trascendentes. 

Ali S. Harfouch 

Traducido de https://medium.com/@asharfouch/harry-potter-the-quran-and-secularism-2381dfab5bb0

26 comentarios sobre “Harry Potter, el Corán y el secularismo

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